El actual municipio de Barlovento coincide con el cantón o señorío prehispánico de Tagaragre. A la finalización de la conquista el Adelantado procedió a realizar los repartimientos de tierras y aguas entre los participantes en las campañas. En el año 1508 Alonso Fernández de Lugo dio en repartimiento a su sobrino, Pedro Fernández Señorino, quince cahíces de sembradura en el término de Barlovento.
A través del puerto de Talavera, Barlovento se incorporó al comercio triangular característico de las islas tras la colonización. El fin del ciclo azucarero, a finales del XVI y el XVII marca el inicio de la sustitución de los cañaverales por los viñedos, convirtiendo al vino en el principal producto de la economía exportadora.
A través del puerto de Talavera, Barlovento se incorporó al comercio triangular característico de las islas tras la colonización. El fin del ciclo azucarero, a finales del XVI y el XVII marca el inicio de la sustitución de los cañaverales por los viñedos, convirtiendo al vino en el principal producto de la economía exportadora.
Este rincón de la Isla, situado al noreste, se extiende de mar a cumbre sobre una superficie de 43 km. cuadrados. Los límites con los vecinos municipios San Andrés y Sauces y Garafía vienen determinados por los barrancos de La Herradura (al sur) y de Franceses (al norte). Su ubicación favorece la abundancia de nubes que alimentan la masa vegetal de laurisilva y enriquecen el acuífero.Este lugar se denominaba Tagaragre antes de que los conquistadores peninsulares lo colonizaran; la actividad ganadera del antiguo pueblo dio paso a la fragmentación de la tierra para su explotación agrícola. Los cultivos de caña de azúcar, viña y cereal se fueron sucediendo a través de los siglos en este municipio dependiente del beneficiado de San Andrés y Sauces hasta 1678, año en el que logró independizarse. La escasez de agua provocó fuertes períodos de crisis y los habitantes se vieron abocados a la emigración hacia Cuba y Venezuela. El importante éxodo migratorio hizo retroceder la población, pero los isleños retornados invirtieron sus fortunas en la compra de las tierras que hasta el pasado siglo estaban en manos de una minoría terrateniente. Estas gentes, de espíritu emprendedor, cambiaron el panorama económico; se abrieron carreteras que rompían con el aislamiento y numerosas galerías alumbraron las aguas que llevaron a la agricultura de regadío a ocupar un lugar relevante. Las plantaciones de plátanos, papas, aguacates, cítricos... constituyen la base de la economía local sin obviar el sector turístico, que cada vez más se ve atraído por el patrimonio natural de la Comarca.
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